El futuro del florete I
Maestro Félix Rodríguez
"La esgrima de florete, es un juego, una especie de conversación corta con arma, no una discusión de maleducados. Es en su espíritu comparable a un juego oratorio en el que cada uno habla correctamente y cuando le corresponde intentando dominar a su oponente, no cortándole la palabra impidiéndole que se exprese, sino con la ayuda de una argumentación superior" (R. Clery).
Esta frase dicha hace treinta años por el Mº Raul Clery es la antítesis de la expresada hace unos meses por Ian Pop en su acertado análisis sobre la crisis de identidad del florete:
"Comenzamos a enseñar un monólogo simple y sin matices, con un vocabulario pobre, pero expresado alto y fuerte. Preferimos las acciones destructivas y tendenciosas. Poca variedad de acciones pero realizadas con un gran esfuerzo físico. Esta metodología se aleja de la lógica interna de la esgrima de diálogo".
No son mis palabras, pero en el fondo subyace el sentimiento de que si el florete es un arma diferente, si el florete debe continuar, tal vez sea preciso aclarar sus diferencias y esteablecer su espíritu:
"La preocupación mayor para los primeros dirigentes fue probablemente establecer una diferencia, un contraste, entre las dos armas de punta, aunque solo fuera para justificar la existencia de ambas" (R. Clery)
El debate del 30 de Octubre de 2001 del que Ian Pop nos habla en la revista "Escrime" sobre la crisis de identidad del florete es tan viejo y por tanto tan actual como lo fue en su día. Reseñaré del mismo:
"La práctica de la esgrima de competición en el florete ignora las definiciones técnicas del reglamento y la convención. Estas yo no se corresponden con la esgrima enseñada por los maestros de armas y no respetan tampoco los axiomas fundamentales de la formación. Por consiguiente el arbitraje se relativiza al perder sus puntos de referencia, se encuentra frecuentemente en situación de otorgar la prioridad no ya a la mejor ejecución sino a la menos mala".
"Los ataques directos «in tempo», casi han desparecido".
"La desaparición del ataque directo provoca la desaparición del ataque compuesto".
"Generalmente, los ataques ya no son ataques en el sentido del Reglamento y de la Maestría".
"Toda la lógica del combate ha desaparecido. El diálogo de gestos de los dos adversarios se ha convertido en dos monólogos paralelos".
"Los ataques en fondo y en marchar-fondo son cada vez más raros. Por el contrario el porcentaje de ataques con numerosas marchas sucesivas, passe-avant y flechas han aumentado. Los atacantes cuando han partido en ofensiva con el brazo encogido, «amenazan» la mayoría de las veces el techo o, eventualmente, la pista y ya no se paran, sino que siguen a su adversario hasta el final del terreno".
"La construcción de verdaderas frases de armas con desplazamientos complejos y laboriosos ha sido reemplazada por una presión y una persecución contínua al adversario hasta el final de la pista, provocando en la mayoría de los casos, o un contraataque o una parada precipitada".
"Como la ofensiva se origina a una distancia muy grande, no constituye una sorpresa y por tanto el ataque ya no es una acción seguida de una reacción defensiva".
La repercusión en el arbitraje es evidente:
"Las marchas sucesivas, sin amenazar con el arma una superficie válida, se interpretan como ataques".
"El brazo encogido con la punta por encima de la cabeza se considera finta de cupé".
"La iniciativa en posición de octava aunque no señale a blanco válido, sino al suelo o a la pista en el mejor de los casos, se convierte en finta al flanco".
De Gérard Six extraemos:
"Antes de preguntarnos por las posibles modificaciones a adoptar, debemos resumir lo que es preocupante en el juego del florete actual.